Capítulo 1
El comienzo
Tratando de abrir primer un ojo y después el otro, es tan
difícil. Escuchó el pequeño ronroneo que proviene de mi gata hambrienta como
cada mañana, y como cada mañana acaba siendo empujada al suelo, pero es
bastante insistente. Me levanto me dirijo a la cocina y le sirvo de comer en su
pequeño tazón, vuelvo a la cama y como siempre la alarma suena antes de que
pueda cerrar los ojos nuevamente.
Me levanto, siendo correteada por el reloj, tomo una rápida
y torpe ducha, para seguir con todo mi largo proceso matutino para llegar
puntal a clases.
-Lista para otro día en acción entre las cocinas.- Me dice
tocándome el hombre, una chica de tez morena ojos marrones y de baja estatura.
-Empecemos Lili.
Nos empezamos a reír como cada mañana, al final solo nos
falta la mitad de la carrera, no somos nuevas pero tampoco tenemos mucha
experiencia, si soy una soñadora; deseando cambiar al mundo con mi sazón, que
todos me amen por mi comida es un hermoso sueño que todo chef que se respete a
sí mismo debe tener. Mientras estoy en mi clase de Administración empiezo a
recordar mis primeras prácticas profesionales; recuerdo ese rico calor que te
hace querer quitarte toda la ropa, recuerdo mis pies sintiendo la rica y
caliente arena, las largas platicas sentada en la arena con mi mejor amigo
riéndonos de todo y llorando por lo más impórtate, pero sobre todo puedo hasta
oler todo lo que llegue a cocinar, todos mis momentos de torpeza, esas veces
que entraba en la cámara frigorífica a llorar y extrañar mi casa, cada vez que
me gritaban por hacer algo mal, la verdad en ese tiempo no era muy fuerte en
las críticas constructivas y siendo realista amo llorar.
-Nicole interrumpo su sueño?
Solo sonrió al ser sorprendida por mi profesor jurando que
será la última distracción, al final del
día solo lo que necesito es llegar a mi departamento y tomar café, miro como
las parejas populares de las escuela se besan y todo ese romanticismos que al
final de sentir celos, acaba sintiéndome enferma y pena por esas parejas.
Cruzo la puerta y odio el desastre que hay en mi sala, y en
todo el interior de mi departamento, odio tener que compartirlo con mi hermana,
no sé cómo podemos llevar la misma sangre somos personas completamente
distintas, ella es excelente en sus notas de la universidad, pasando sus días
libres frente a una consola de videojuegos, siendo el orgullo de Mama, y un
completo desorden con sus cosas, mientras que yo siendo una alumna promedio,
tratando de sobrevivir en la universidad, con serios problemas mentales, completamente
adicta al orden y la limpieza.
Respiro y la única manera sana de desestres que conozco es
limpiando mi departamento odiosamente compartido.
-Hola llegamos
Dice mi arrogante hermana tomada de la mano de su
igualmente arrogante novio.
-Que tal Tess
-Bien bien, vamos a mi habitación.
Dios bendiga las conversaciones largas y profundas como
estas, odio admitirlo pero su novio la hace ser mejor persona, mas sociable, y patéticamente
más feliz, solo odio que ya no tenga tiempo para mí, extraño esas charlas
nocturnas donde hablamos solo de series o de deportes, o solo reíamos de
tonterías que ya no parecen serlo. Me voy a mi cocina donde empiezo a cortar, a
freír y todo ese bello momento es mágico.
-Como siempre esto está muy rico Nikki….Si abrieras tu
restaurante todos los días ira allá.- Dice el novio de mi hermana
atragantándose con la comida.
-Gracias
-Estuvimos hablando, y creemos que Mateo tiene un amigo que
le gustaría presentarte….pero es mejor que revises su Facebook antes de tomar
cualquier decisión.
-Si porque no.- Contesto sin mucho entusiasmo.
- Búscalo como Santiago Solís.
-Si gracias voy a dormir.
Me despido de ellos, cansada y alguna que otra tarea
olvidada, me voy a la cama pensando en el estúpido nombre que dijo Mateo, me
acuesto y solo veo el techo de la habitación. Mi anterior relación si es que se
puede llamar relación; me la pase dos años siendo la mejor a amiga de un chico
súper religioso, y cuando por fin estaba convencida de que el sentía lo mismo
por mi le confesé mi amor, y fui directamente botada. Desde ese momento ir a la
iglesia fue tan incómodo que preferí no ir. Estuve deprimida meses,
convenciéndome de que sería soltera toda mi vida, siendo tan fría a cual quiere
chico que solo me mirara.
Tratando de decidir si buscarlo en Facebook o no me quede
dormida.
Despierto asustada por culpa de una pesadilla, busco en mi
mesa de noche mi teléfono 3am genial ni siquiera conozco a ese idiota, y ya me
está causando problemas de insomnio, con toda seguridad sé que mañana lo
buscare. Vuelvo a cerrar los ojos y me quedo dormida.
Pasando por todo mi ritual mañanero, y corriendo como
siempre paso otro día normal haciendo lo que tengo que hacer, riéndome con mis
amigos.
Vuelvo a casa, voy directo a mi habitación, prendo la
computadora abro Facebook tecleo el nombre correcto; Un chico blanco, de
cabello castaño, delgado, ojos hermosamente verdes. Y una vida social bastante
activa. Su solo perfil hace que me duela el estómago, puedo apostar que es un
chico que se creó muy guapo que cree que todos deben de hacer lo que él dice,
patético intento de conseguirme pareja Mateo.
Le mando una solicitud de amistad.
Cierro la computadora. Salgo a las escaleras que está a las
afueras de mi departamento, saco de mi bolsillo de mi chamarra mi caja de
cigarros, me llevo una a la boca, mientras observo como mis vecinos estacionan
sus carros, sonrío me llevo el segundo a la boca, y suspiro me alegra no tener
una vida tan social, odio las redes sociales, y sinceramente odio la tecnología
de estos tiempos.
Vuelvo a dentro de mi departamento y enciendo la
computadora.
-Hola.- Clásico yo hablando primero.
-Hola.-
Hablamos por más de una hora, y resulta que no es tan
idiota como pensé, hago mis actividades diarias, y un chiste que me conto me
hace reír antes de dormir. Por la mañana un pensamiento me acoso, trate de
reprimirlo, abrace a mi gata por unos 10 minutos, no funciono. Fui a la
universidad como siempre, tome mi teléfono y ahí estaba conectado en Facebook.
-Hola sinceramente odio Facebook me gustaría poder tener
una plática decente como antes lo hacían las personas, te parece si nos vemos
en la tarde.
Los minutos de espera eran agobiantes, genial un tipo que
ni siquiera me conoce va a pensar si esta chica quiere conocer gente a la
antigua que vaya los viernes y se siente en las bancas junto con los abuelos.
-Hola si me gustaría ir, dime donde nos vemos?
-Te parece en el café (Nombre de café) en el centro de la
ciudad a las 4 estará bien.
-Si me parece perfecto. Te dejo mi número para cualquier
cosa ok
Una sonrisa estuvo en mi cara todo el día, era emocionante
conocer a alguien que solo has tenido contacto con esa persona escribiendo.
Como buena hermana invite a mi hermana y a su amiga por un café justamente una
hora antes de nuestro encuentro.
Entre risas, y unas tazas de café solo faltaban 15 minutos
para conocerlo, era estúpido estar nerviosa por alguien que ni siquiera conocía
su voz. Los nervios se están yendo directo a mi estómago.
En un instante todo era silencio, no había risas, ni
platica. Mis ojos miraban fijamente una taza de café que estaba enfrente de la
mesa, alguien atrajo mi atención era El, el chico guapo que había visto en
Facebook, con un elegante traje delante de mí, con una sonrisa. Embriagada por
sus hermosos ojos verdes solo sonríe de la manera más tonta posible.
Pasamos horas platicando en ese café, como si nos
conociéramos de años, como unos viejos amigos que se reúnen y tienen tantas
cosas que contar, reímos de todo, el estómago nos dolía de tanta risa.
-Y si vamos al cine.- dijo Tess harta de tanto café.
Nos subimos al auto de mi hermana entre risas nuevamente,
sus ojos se clavaron en mí, me puse tan nerviosa que no pude evitar sonrojarme,
y solo le sonreí. Por mi mente no pasaba nada. Lo miraba de reojo cada vez que
podía en trascurso del viaje, se ve tan guapo, tan amigable, tan él. Llegamos a
nuestro destino. Mi hermana y su amiga fueron por los boletos del cine.
Una vez en la sala. Las luces se apagaron, Santiago estaba
a mi lado después estaba Tess y su amiga. Mi corazón latía muy rápido como si
fuera a salir de mi pecho. La película avanzaba y por lo que precia todos
estábamos muy enfocados en ella. De repente sentí su aliento en mi cara, luego
sus labios en mi boca, nos besamos. Nos besamos casi toda la película, un beso
basto para crear una cierta adicción. Antes de terminar la película me levante
fui al baño me eche mucha pero mucha agua en la cara para regresar a la
realidad. Me mire al espejo y salió una sonrisa, mis manos estaban en mis
labios. Regrese a la sala. Las luces se prendieron. Mi hermana se ofreció a
llevarlo a su casa que no se encontraba lejos del cine. En el auto, seguimos
riéndonos nuevamente. Llegamos a nuestro destino, Santiago de despidió de todas
y se bajo.
Solo sonríe y le dije adiós. Convencida de no volverlo a ver
salieron unas lágrimas de mis ojos, las limpie rápidamente antes de que Tess lo
notara. Una vez en mi habitación toque
mis labios con la punta de mis dedos, sonreí.
-Santiago.
Me quede dormida.
A la mañana siguiente convencida de que se trataba de un
sueño, me dirigí a mi Universidad, con un sorprendente estado de ánimo, no es
que fuera una chica sin corazón y amargada, de hecho era una chica alegre muy
alegre que se podía reír de todo y e igual manera llorar por todo.
Mi mejor amigo Gio se encontraba en las jardineras fumando como de costumbre,
llegue y empezamos a bromear como era de costumbre como chistes de mal gusto,
fume con él, toda la universidad parecía más bonita como si existiera un antes
y un después.
Fumamos dos o tres cigarros, nos unimos a nuestra clase.
Todo el día me la pase revisando cada minuto del día mi teléfono por si tenía
un mensaje, una llamada perdida de él.
Los días pasaron y mis esperanzas estaban ya muertas de ver
a ese chico guapo. En la casa de mi madre, en medio de su fiesta yo estaba de
amargada sentada en la sala, mirando televisión mi teléfono vibro, no le tome
importancia. Salí a socializar un poco al patio.
Con música a muy alto volumen las amigas de mi madre
hablando, y las botellas de whisky a la mitad, fui a servirme un trago, que muy
pronto se volvieron 2, y luego 3. Entre risas con mi prima, fui a la sala tome
mi teléfono como si nada, y de repente vi que tenía un mensaje.
-Hola Bonita como estas?
Han sentido que el alma se te escapa del cuerpo, que puedes
volar con tan solo pensarlo, como si de repente todo tuviera sentido.
Platicamos por mensaje hasta la mañana siguiente. Quedamos
de vernos en unas horas con mi hermana, su novio él y yo en un bar.
Mi habitación era un terrible caos ropa regada por todos
lados, todas mis emociones se bajaron a mi estómago. Con un elegante vestido de
cóctel, me puse mi mandil. Al cortar la cebolla sentía como poco a poco mi
estrés iba desapareciendo, seque la carne, la freí, agregue cuidadosamente los
vegetales, agrego la mitad de una botella de vino tinto, tome un poco, estar en
la cocina como siempre era mi salvavidas, como si en todas las casas hubiera un
único lugar donde puedes disfrutar de ti mismo, oler cada delicioso aroma de
cada producto, y ese sonido al agregar carne a un a sartén caliente es tan
maravilloso ese sonido. Con la cena lista, y la mente ya despejada fui a mi
habitación.
Antes de salir de mi departamento, me dirigí a la
habitación de Tess, me quede mirándome al espejo. Era claramente que no tenía
cuerpo de modelo, ni cara tan hermosa. Pero había algo que me hacía verme tan
bonita.
En el bar habíamos pedido cerveza. Riendo y disfrutando de
la música, que para mi gusto era bastante mala, si lo se soy un fracaso en el
ámbito musical, amo la música de los 90 por mi hermana. Santiago fue por otra
ronda de cervezas.
-Gracias por presentármelo.- me lance abrazando a Mateo
-De nada, solo recuerda no te hagas ilusiones va?
-Si no te preocupes
-De que hablan.- Dijo Santiago uniéndose nuevamente a la
conversación
-Estamos comentando que sería una divertida idea escapar la
próxima semana a una playa.- Dijo Tess tomando su bebida.
Todos acordamos en que era una gran idea, bebimos otra
ronda de cerveza. Trate de tomar su mano, pero no lo conseguí. Nos despedimos
afuera del bar. Estábamos parados uno enfrente del otro, una vez más drogada
por sus hermosos ojos, me abalance sobre él y lo bese.
-Tess crees que estamos locas? – mi hermana me manda una
mirada, y eso solo quiere decir que yo soy la loca- Si me refiero a irnos, no
somos esa clase de chicas locas que se van cada tiempo libre de Sprint break.
-Nikki todas las chicas estamos locas…cada quien a su
manera, y quien ve el mundo de una manera seria es amargado. Disfrutemos el hoy
y el ahora si?
Solo asiento, y le subo el volumen al estéreo del auto,
abro la ventanilla del auto, siento como el aire juega con mi cabello, canto a
todo volumen y me sigue en segunda voz Tess cantando terriblemente pero feliz
llegamos a nuestro departamento. Nos tumbamos en nuestra cama. Nos quedamos
dormidas.
Solo han pasado 3 días desde que nos vimos en el bar, y
acordamos irnos de viaje el día de hoy. Es una locura porque realmente no
conozco a ese chico guapo y tan sexy Santiago, podría ser un criminal, podría
tratarse de un jefe de la trata de blancas, podría tratarse de un vendedor de
drogas, o podría ser el amor de mi vida. No que estoy pensando vamos a
divertirnos a sacar la faceta fiestera que parece a Santiago que eso le gusta.
Son alrededor de las 10am y todavía me encuentro en mi cama estirando los
brazos, pensando una y otra vez en lo arriesgado y la locura que estamos a
punto de cometer, pero siempre llego a la misma conclusión hagámoslo. Escucho a
Tess hablando con mi madre, todas las indicaciones que ella le dio, cierro los
ojos y me quedo totalmente dormida.
Me levando rápidamente de mi cama al ver la hora, hago mi
maleta, y busco a mi hermana por todo el departamento no la encuentro, por un
momento pienso que se fueron sin mí, pero miro por la ventana y se encuentra en
el estacionamiento abrazando a Mateo. Solo sonrió, y me hace envidar tanto su
relación ahora. Me preparo una taza de café y prendo un cigarro.
-Nikki es hora de irnos!!!! –Entra Tess enérgicamente al
departamento.
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